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Referencias Cruzadas

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Lucas 22:42

Biblia Martin Nieto

diciendo: 'Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya'.

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21 Referencias Cruzadas  

Avanzó unos pasos más, cayó de bruces y se puso a orar así: 'Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú'.

De nuevo, por segunda vez, se fue a orar, diciendo: 'Padre mío, si no es posible que este cáliz pase sin que yo lo beba, hágase tu voluntad'.

Decía: '¡Abba, Padre!, todo te es posible; aparta de mí este cáliz, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú'.

por lo que entonces dije: 'Aquí estoy, en el libro está escrito de mí:

Jesús dijo a Pedro: 'Mete la espada en la vaina; ¿es que no tengo que beber el cáliz que me da el Padre?'

Jesús respondió: 'No sabéis lo que pedís. ¿Podréis beber el cáliz que yo he de beber?'. Contestaron: 'Podemos'.

Yo no puedo hacer nada por mí mismo. Yo juzgo como me ordena el Padre, y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

pues he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.

Jesús les dijo: 'Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y completar su obra.

Esto dice el Señor Dios, tu Dios, que defiende la causa de su pueblo: Mira, yo quito de tu mano la copa del vértigo, el cáliz de mi cólera; no volverás a beber más de él.

Los dejó y volvió a orar de nuevo, por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.

El Señor, Dios de Israel, me dijo: 'Toma de mi mano esta copa de vino y dásela a beber a todas las naciones a las que yo te mando,

Despierta, despierta, levántate, Jerusalén; tú que has bebido de la mano del Señor la copa de su cólera; el cáliz del vértigo lo has bebido hasta las heces.

venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

En aquel tiempo Jesús dijo: 'Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y se las has manifestado a los sencillos.

Sí, Padre, porque así lo has querido.

Jesús decía: 'Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen'. Y se repartieron sus vestidos a suertes.

Y como no había manera de convencerlo, desistimos, diciendo: 'Hágase la voluntad del Señor'.




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