Los maestros de la ley y los sumos sacerdotes quisieron entonces mismo echarle mano, pues comprendieron que la parábola iba por ellos, pero temieron al pueblo.
Faltaban dos días para la fiesta de la pascua y los panes sin levadura. Los sumos sacerdotes y los maestros de la ley andaban buscando el modo de prenderlo con engaño y quitarlo de en medio.