Jesús les dijo: 'Los hijos de este mundo se casan unos con otros;
El amo alabó al administrador infiel, porque había actuado con sagacidad. Pues los hijos del mundo son más sagaces en sus relaciones que los hijos de la luz.
Comían, bebían y se casaban ellos y ellas, hasta que Noé entró en el arca, vino el diluvio y acabó con todos.
Que el matrimonio sea tenido en gran honor y el lecho conyugal esté sin mancha, porque Dios juzgará a los lujuriosos y a los adúlteros.
Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Al que hable contra el hijo del hombre se le perdonará, pero al que hable contra el Espíritu Santo no se le perdonará ni en esta vida ni en la otra.
En la resurrección, ¿de quién de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer'.