María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Jesús fue con ellos a Nazaret, y les estaba sumiso. Su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
Todos los que las oían decían pensativos: '¿Qué llegará a ser este niño?'. Porque la mano del Señor estaba con él.
Él me instruía diciéndome: 'Que tu corazón guarde mis palabras, observa mis preceptos y vivirás.
Los servidores dijeron a Aquís: '¿No es este David, el rey del país? ¿No es éste de quien se cantaba con danzas: Saúl mató mil y David diez mil?'.
Efraín..., ¿qué tengo yo que ver con los ídolos? Yo lo atenderé y lo protegeré. Yo soy como un pino siempre verde; de mí procede todo fruto.
Sus hermanos le tenían envidia, mientras que su padre daba vueltas al asunto.
dentro de mi corazón conservo tus órdenes para no pecar nunca contra ti.
Aquí termina la relación. Yo, Daniel, quedé turbado por estos pensamientos y se me demudó el color del rostro. Pero lo guardé todo en mi corazón.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores.