Y dijo igualmente a éste: Manda tú también en cinco ciudades.
Estad alerta, para que no perdáis el fruto de vuestros trabajos, sino para que recibáis una recompensa plena.
Pensad: el que siembra con mezquindad, con mezquindad cosechará; y el que siembra con abundancia cosechará abundantemente.
Por esto, queridos hermanos, manteneos firmes, inconmovibles, trabajando más y más en la obra del Señor, sabiendo que el Señor no dejará sin recompensa vuestro trabajo.
El que planta y el que riega son lo mismo, y cada uno recibirá la recompensa según su trabajo.
Decid: ¡Dichoso el justo, pues comerá del fruto de sus obras!
El segundo llegó y dijo: Señor, tu dinero ha producido cinco veces más.
Llegó otro y dijo: Señor, aquí tienes tu dinero, que he tenido guardado en un pañuelo,