El primero se presentó y dijo: Señor, tu dinero ha producido diez veces más.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia de Dios no ha sido estéril en mí; pues he trabajado más que los demás; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
Llamó a diez criados, les dio diez monedas de gran valor y les dijo: Negociad mientras vengo.
Él regresó investido de la realeza, y mandó llamar a los criados a los que había dado el dinero para saber cuánto había ganado cada uno.
Y le contestó: Muy bien, criado bueno; puesto que has sido fiel en lo poco, recibe el gobierno de diez ciudades.