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Referencias Cruzadas

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Lucas 18:13

Biblia Martin Nieto

El publicano, por el contrario, se quedó a distancia y no se atrevía ni a levantar sus ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: Dios mío, ten compasión de mí, que soy un pecador.

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45 Referencias Cruzadas  

y exclamé: 'Dios mío, estoy confundido y me avergüenzo de levantar mi rostro hacia ti, porque nuestras iniquidades sobrepasan nuestra cabeza, y nuestros delitos llegan hasta el cielo.

Esta doctrina es digna de crédito y debe ser aceptada sin reserva: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, el primero de los cuales soy yo.

El Señor lo cuidará en su lecho de dolor, le cambiará de continuo la cama durante la enfermedad.

Y toda la gente que había asistido al espectáculo, al ver lo sucedido, regresaba dándose golpes de pecho.

Porque perdonaré sus crímenes y no me acordaré más de sus pecados.

Al oírle, se conmovieron profundamente y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: '¿Qué debemos hacer, hermanos?'.

Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno.

pero Dios mostró su amor para con nosotros en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Al ver esto Simón Pedro, cayó a los pies de Jesús, diciendo: 'Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador'.

Yo exclamé: ¡Ay de mí, estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros; vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, al Señor todopoderoso.

Por el honor de tu nombre, Señor, perdona mis culpas, por muy grandes que sean.

Por eso retracto mis palabras y en polvo y ceniza hago penitencia.

Considerad lo que esa tristeza querida por Dios ha producido en vosotros: qué solicitud, qué disculpas, qué indignación, qué temor, qué deseos, qué emulación, qué escarmiento. Demostrasteis ser totalmente inocentes en este asunto.

olvídate de los pecados de mi juventud y de mis faltas; acuérdate de mí, Señor, con misericordia y con bondad.

Id y aprended lo que significa: Misericordia quiero y no sacrificios; pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores'.

para que te acuerdes y te avergüences y no te atrevas a abrir más la boca de sonrojo, cuando yo te haya perdonado todo lo que has hecho', dice el Señor Dios.

Venid, pues, y discutamos, dice el Señor. Aunque vuestros pecados sean como la grana, blanquearán como la nieve; si fueren rojos cual la púrpura, se volverán como la lana.

Al entrar en una aldea, salieron diez leprosos a su encuentro, que se detuvieron a distancia

Nosotros hemos pecado, hemos cometido injusticias y delitos, nos hemos rebelado y apartado de tus mandamientos y tus preceptos.

Israel está pendiente del Señor más que los centinelas de la aurora; porque en el Señor está el amor y la liberación total:

Llegue hasta mí tu amor, Señor, tu salvación conforme a tu justicia;

Hemos pecado, igual que nuestros padres, hemos sido perversos y traidores.

Tú, Señor, no retires de mí tu misericordia, que tu amor y tu fidelidad me guarden siempre;

Pero no se humilló delante del Señor, como se había humillado su padre Manasés; al contrario, aumentó su culpabilidad.

Su oración y su acogida, todas sus prevaricaciones y su impiedad, los lugares en los que levantó altares y puso imágenes de Aserá e ídolos antes de su conversión, están escritos en las crónicas de Jozay.

David dijo a Natán: 'He pecado contra el Señor'. Entonces Natán dijo a David: 'El Señor, por su parte, ha perdonado tu pecado. No morirás.

Todo esto lo ha hecho mi mano, y mío es todo ello -dice el Señor-. Pero aquel en quien fijo yo mis ojos es el humilde, el de contrito corazón, que tiembla a mi palabra.

'Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, que prefieren rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que los vea todo el mundo. Os aseguro que ya recibieron su recompensa.

Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago, el de Alfeo, y Tadeo;

Cuando os pongáis a orar, si tenéis algo contra alguien, perdonádselo, para que también vuestro Padre celestial os perdone vuestros pecados.

Él se apartó de ellos como un tiro de piedra, se arrodilló y se puso a orar,

El pueblo, al ver la columna de nube a la entrada de la tienda, se levantaba y se prosternaba, cada uno a la puerta de su tienda.




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