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Referencias Cruzadas

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Lucas 16:3

Biblia Martin Nieto

Entonces el administrador se puso a pensar: ¿Qué voy a hacer, pues mi amo me quita la administración? Cavar, ya no puedo; mendigar, me da vergüenza.

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26 Referencias Cruzadas  

No obstante, nos hemos enterado de que algunos de vosotros viven sin trabajar, sin otra ocupación que curiosear.

Todos los días llevaban a un cojo de nacimiento y lo ponían a la puerta del templo llamada Hermosa para pedir limosna a los que entraban.

Entonces los vecinos y los que solían verlo pidiendo limosna decían: '¿No es éste el que se sentaba a pedir?'. Unos decían: 'Es éste'.

Durante algún tiempo no quiso; pero luego pensó: Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres,

Murió el pobre, y los ángeles le llevaron al seno de Abrahán. Murió también el rico, y lo enterraron.

Un pobre, llamado Lázaro, cubierto de úlceras, estaba sentado a la puerta del rico;

Y él pensó: ¿Qué haré, pues no tengo donde almacenar mis cosechas?

Fueron a Jericó. Y al salir de Jericó con sus discípulos y mucha gente, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino.

¿Qué haréis el día de la solemnidad, el día de la fiesta del Señor?

Los profetas profetizan mentiras, los sacerdotes enseñan con su mal ejemplo. ¡Y mi pueblo en ello se complace! Mas ¿qué haréis cuando llegue el fin?

¿Qué vais a hacer el día de la invasión y de la catástrofe que se acerca de lejos? ¿A quién acudiréis para lograr socorro? ¿Dónde dejaréis vuestras riquezas?

El que desde la infancia trata suavemente a un esclavo, al fin será maltratado por él.

En invierno el perezoso no ara; en la siega busca, pero en vano.

La pereza hace caer en el sopor, la persona indolente pasará hambre.

El que es negligente en su trabajo es hermano del destructor.

Desea el perezoso, pero en vano; el deseo de los diligentes será saciado.

Cuando Amán entró, el rey le preguntó: '¿Cómo debe tratarse a un hombre al que el rey quiere honrar?'. Amán pensaba: '¿A quién va a querer honrar el rey sino a mí?'. Y contestó:

Levántate y entra en la ciudad; allí te dirán lo que debes hacer'.

Al caer la tarde dijo el dueño de la viña a su administrador: Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros.

Entonces lo llamó y le dijo: ¿Qué es lo que oigo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque quedas despedido.

Ya sé lo que voy a hacer, para que haya quien me reciba en su casa cuando no tenga la administración.




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