Vended lo que tengáis y dad limosna con ello. Haceos bolsas que no se gasten y riquezas inagotables en el cielo, donde no entra ningún ladrón, ni roe la polilla;
Mis queridos hermanos, escuchad. ¿No ha elegido Dios a los pobres según el mundo para ser ricos en la fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
A mí, el más insignificante de todos los cristianos, se me ha concedido el privilegio de evangelizar a los paganos, de anunciar la incalculable riqueza de Cristo,
Al oírlo Jesús, le dijo: 'Aún te queda una cosa por hacer: Vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después, ven y sígueme'.
Te aconsejo que me compres oro acrisolado en el fuego para enriquecerte, vestiduras blancas para vestirte, y que no aparezca la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que unjas tus ojos y veas.
'Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien despreciará a uno y se apegará al otro'. 'No podéis servir a Dios y al dinero.