El hijo mayor estaba en el campo y, al volver y acercarse a la casa, oyó la música y los bailes.
alabadlo con danzas y tambores, alabadlo con cuerdas y con flautas,
Se parece a esos chiquillos sentados en la plaza, que se gritan unos a otros: Os hemos tocado la flauta y no habéis bailado. Hemos cantado lamentaciones y no habéis llorado.
Te construiré de nuevo y serás reconstruida, oh virgen de Israel. De nuevo te adornarás con tus panderos y saldrás a danzar gozosamente.
un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;
Alaben su nombre con la danza, toquen para él el tambor y la cítara,
Canción de las subidas
David bailaba ante el Señor con todas sus fuerzas; llevaba ceñido un efod de lino.
María, la profetisa, hermana de Aarón, tomó en sus manos un tamboril, y las mujeres salieron tras ella con tamboriles y bailando.
Escúchame, Señor, y ten piedad de mí; socórreme, Señor.
porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido encontrado. Y se pusieron todos a festejarlo.
Llamó a uno de los criados y le preguntó qué significaba aquello.