Traed el ternero cebado, matadlo y celebremos un banquete,
El Señor todopoderoso brindará a todos los pueblos en esta montaña un festín de pingües manjares, un festín de vinos excelentes, de exquisitos manjares, de vinos refinados.
toda mi vida te bendeciré, en tu nombre levantaré mis manos;
inmoló sus víctimas, preparó su vino e igualmente aderezó su mesa.
Entretanto él corrió al establo, tomó un becerro tierno y cebado y se lo dio a su siervo, que a toda prisa se puso a prepararlo.
La mujer tenía en casa un ternero gordo; lo mató, tomó harina, amasó y coció panes sin levadura.
Pero el padre dijo a sus criados: Sacad inmediatamente el traje mejor y ponédselo; poned un anillo en su mano y sandalias en sus pies.
porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido encontrado. Y se pusieron todos a festejarlo.
