Ella dijo: 'Que el rey se digne pronunciar el nombre del Señor, su Dios, para que el vengador de sangre no aumente mi desgracia y no maten a mi hijo'. Él respondió: 'Vive el Señor, que no caerá en tierra ni un pelo de tu hijo'.
Entonces el pueblo dijo a Saúl: '¿Va a morir Jonatán, que ha hecho esta gran liberación en Israel? ¡Lejos de nosotros! Vive el Señor que no caerá a tierra un solo cabello de su cabeza, porque hoy ha actuado Dios con él'. Así salvó el pueblo a Jonatán y no murió.