No te acobardes ante lo que vas a sufrir. El diablo va a encarcelar a algunos de vosotros; es para poneros a prueba; sufriréis una prueba de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida.
sin dejaros intimidar en lo más mínimo ante vuestros adversarios; lo que para ellos es señal de perdición, lo es en cambio para vosotros de salvación, y esto por obra de Dios.
Pero a mí no me preocupa mi vida ni la juzgo estimable, con tal de acabar mi carrera y cumplir el ministerio que he recibido de Jesús, el Señor, de anunciar la buena nueva, la gracia de Dios.
Y tú, hijo de hombre, no los temas ni tengas miedo de sus palabras. No temas, aunque te encuentres entre cardos y zarzas y habites en medio de escorpiones. No temas sus palabras ni te asustes de sus miradas, porque no son más que una raza de rebeldes.
Al ver, por una parte, la valentía de Pedro y Juan, y comprendiendo, por otra, que eran hombres sin instrucción y cultura, estaban sorprendidos. Reconocían que habían estado con Jesús;
He entrado en mi jardín, hermana mía, novia mía, he recogido mi bálsamo y mi mirra, he comido mi miel y mi panal, he bebido mi vino y mi leche. Coro Comed, amigos, y bebed, embriagaos, compañeros!
y alejarse de los caldeos, a quienes temían, porque Ismael, hijo de Netanías, había matado a Godolías, hijo de Ajicán, puesto por el rey de Babilonia al frente del país.