Después dijo a sus discípulos: 'Por eso os digo: No os angustiéis por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo, qué vais a poneros.
No os inquietéis por cosa alguna, sino más bien en toda oración y plegaria presentad al Señor vuestras necesidades con acción de gracias.
Que la avaricia no se apodere de vosotros. Contentaos con lo que tenéis, porque Dios mismo ha dicho:
Os quiero libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle.
No os angustiéis buscando qué comer o qué beber.
Cuando os lleven a las sinagogas o ante los magistrados y autoridades, no os preocupéis sobre cómo habéis de hablar o qué habéis de decir.
Porque la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido.