Y se dijo: Destruiré mis graneros, los ampliaré y meteré en ellos todas mis cosechas y mis bienes.
Esta sabiduría no viene de arriba, sino que es terrena, sensual, endemoniada;
Debéis decir, en vez de eso: 'Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o lo otro'.
Y el Señor dijo: 'Considerad lo que dice el juez injusto.
Así sucederá al que amontona riquezas para sí y no es rico a los ojos de Dios'.
Durante algún tiempo no quiso; pero luego pensó: Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres,
Que tu mano los aparte de la humanidad, fuera del mundo, que sea ésta su suerte en esta vida; cébalos, Señor, con tus reservas, que se hinchen sus hijos y haya sobras para sus pequeños.
Mirad las aves del cielo; no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?
Y él pensó: ¿Qué haré, pues no tengo donde almacenar mis cosechas?
Luego me diré: Tienes muchos bienes almacenados para largos años; descansa, come, bebe y pásalo bien.
Mirad los cuervos: No siembran, ni siegan, no tienen despensas ni graneros, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que los pájaros!
Y ahora vosotros, los que decís: 'Hoy o mañana iremos a tal ciudad, y pasaremos allí el año, negociando y ganando dinero';