Y les dijo una parábola: 'Las fincas de un hombre rico dieron una gran cosecha.
Por eso voy a cerrar su camino con espinos, voy a cercarla con una valla para que no encuentre más sus senderos;
Miradlos: éstos son los explotadores, con toda tranquilidad aumentan la fortuna.
pues tuve envidia de los prepotentes viendo la prosperidad de los malvados:
¡En cambio, están tranquilas las tiendas de los saqueadores, plena seguridad para los que provocan a Dios y creen meterlo en su puño!
sin embargo, no ha cesado jamás de dar testimonio de sí mismo haciendo el bien, mandándoos desde el cielo lluvias y estaciones fructíferas y saciándoos de comida y llenando vuestros corazones de felicidad'.
para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir el sol sobre buenos y malos y hace llover sobre justos e injustos.
Éste fue el crimen de Sodoma, tu hermana, y de sus hijas: soberbia, gula y pereza; no socorrieron al pobre, al indigente,
Otra parte cayó en tierra buena, y dio frutos; una ciento, otra sesenta, otra treinta.
Y prosiguió: 'Guardaos bien de toda avaricia; que, aunque uno esté en la abundancia, no tiene asegurada la vida con sus riquezas'.
Y él pensó: ¿Qué haré, pues no tengo donde almacenar mis cosechas?
Lo dejaba vivir con apoyo y seguridad, mas sus ojos estaban sobre sus caminos.