Por eso dijo también la sabiduría de Dios: Les enviaré profetas y apóstoles; a unos los matarán y a otros los perseguirán.
Por él vosotros estáis en Cristo Jesús, el cual de parte de Dios se ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención,
en el que se encuentran ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
Él a unos constituyó apóstoles; a otros, profetas; a unos evangelistas, y a otros pastores y maestros,
pero poder y sabiduría de Dios para los llamados, judíos o griegos.
Cuando se derramó la sangre de Esteban, tu testigo, yo mismo estaba allí, consintiendo y guardando las ropas de los que lo mataban.
Saulo, en cambio, asolaba la Iglesia; entraba en las casas, sacaba a rastras a hombres y mujeres y los metía en la cárcel.
Ellos, lanzando grandes gritos, se taparon los oídos y se lanzaron todos a una sobre él;
pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros para que seáis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra'.
Os echarán de las sinagogas; más aún, se acerca la hora en que os quitarán la vida creyendo que con ello dan culto a Dios.
y que hay que predicar en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.
los demás echaron mano a los criados, los maltrataron y los mataron.
Desde el día en que vuestros padres salieron de Egipto hasta el presente, os he mandado continuamente a mis siervos, los profetas.
Así manifestáis que estáis de acuerdo con lo que hicieron vuestros padres, pues ellos los mataron y vosotros construís los sepulcros.
Por entonces unos profetas fueron de Jerusalén a Antioquía.
Ellos han derramado la sangre de los santos y de los profetas, y tú les has dado a beber sangre: se lo merecían.
Alégrate sobre ella, ¡oh cielo!; y vosotros, santos, apóstoles y profetas, porque Dios, al condenarla, ha vengado vuestra causa.