Porque el que pide recibe; el que busca encuentra, y al que llama se le abre.
Pedís y no recibís porque pedís para malgastarlo en vuestros caprichos.
Y he dicho: ¡Adiós mi ilusión, lo que esperaba del Señor!
Bendito sea el Señor, pues su amor me hizo un milagro en una ciudad amurallada.
Mirad cómo tenemos por dichosos a los que fueron pacientes. Habéis oído la paciencia de Job y habéis visto el designio del Señor, porque el Señor es compasivo y misericordioso.
Sobre la necesidad de orar siempre sin desfallecer jamás, les dijo esta parábola:
Aunque grito e imploro, rechaza mi plegaria.
Da a quien te pida, y no vuelvas la espalda al que desea que le prestes algo'.
Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra y al que llama se le abre.
Pues bien, yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá.
¿Qué padre de entre vosotros, si su hijo le pide un pan, le dará una piedra? ¿Y si le pide un pez, le dará en lugar de un pez una serpiente?