Todos los que las oían decían pensativos: '¿Qué llegará a ser este niño?'. Porque la mano del Señor estaba con él.
El Señor estaba con ellos, y un gran número creyó y se convirtió al Señor.
Jesús fue con ellos a Nazaret, y les estaba sumiso. Su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
El Señor estaba con José y todo le salía bien; y se quedó en la casa de su dueño, el egipcio.
'Grabaos bien estas palabras: El hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres'.
El niño crecía y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.
El niño crecía y se fortalecía en el espíritu. Y vivió en el desierto hasta el día de su manifestación a Israel.
dentro de mi corazón conservo tus órdenes para no pecar nunca contra ti.
he encontrado a mi siervo David, y lo he consagrado con el óleo santo;
El Señor dio fuerzas a Elías, que se ciñó y fue corriendo delante de Ajab hasta Yezrael.
Uno de los jóvenes le dijo: 'Yo conozco a un hijo de Jesé, el de Belén, que toca muy bien la cítara; es valiente y hombre de guerra, sabio en sus palabras, de buena presencia, y el Señor está con él'.
El joven Samuel estaba al servicio del Señor, vestido con un efod de lino.
Sus hermanos le tenían envidia, mientras que su padre daba vueltas al asunto.
Que los que la talaron y quemaron perezcan ante la amenaza de tu rostro.
por la esperanza de lo que os está reservado en los cielos, de la que ya oísteis hablar por la palabra de la verdad del evangelio