Ha socorrido a su siervo Israel, / acordándose de su misericordia, /
se acordó de su amor y su lealtad para con la casa de Israel; todos los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Concede a Jacob tu fidelidad, tu misericordia a Abrahán, como juraste a nuestros padres desde los días de antaño.
Recuerda esto, Jacob, y tú, Israel, que eres mi siervo. Yo te he formado, siervo mío eres, Israel; no te olvidaré.
¿Es para mí Efraín un hijo tan querido, un niño que hace mis delicias? Pues cada vez que lo amenazo me vuelvo a acordar de él, se me conmueven las entrañas y tengo compasión de él -dice el Señor-.
De lejos el Señor se le ha aparecido. Con amor eterno te he amado, por eso te trato con lealtad.
Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios, la más santa morada del altísimo.
ha colmado de bienes a los hambrientos / y despedido a los ricos / con las manos vacías. /
como había prometido a nuestros padres, / en favor de Abrahán / y su descendencia para siempre'.