Hizo luego siete aspersiones sobre el altar, lo ungió y lo consagró con todos sus utensilios, la pila y su base.
que derramó abundantemente sobre nosotros por Jesucristo, nuestro Salvador,
Os rociaré con agua pura y os purificaré de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos.
muchos pueblos se llenarán de asombro; a su vista los reyes cerrarán la boca, porque verán un suceso no contado jamás y contemplarán algo inaudito.
Santificadas así todas las cosas, serán santísimas, y todo cuanto las toque quedará santificado.
Moisés les dijo: 'Nadie guarde para mañana'.
Cuando se evaporó el rocío, apareció sobre la superficie del desierto una cosa menuda, granulada, fina, como escarcha sobre la tierra.
Toma el bastón con el que realizarás los prodigios'.
El Señor prosiguió: 'Mete tu mano en el pecho'. Él la metió y, cuando la sacó, estaba cubierta de lepra, color de nieve.
y en cada uno inmolarás el becerro en sacrificio de expiación por el pecado; purificarás el altar por medio de este sacrificio de expiación, y después lo ungirás para consagrarlo.
Durante siete días expiarás el altar y lo consagrarás; todo lo que toque el altar quedará santificado.
mojará el dedo en la sangre y hará siete aspersiones hacia el velo del santuario delante del Señor;
mojará el índice de la mano derecha en el aceite que tiene en la palma de su mano izquierda y hará con él siete aspersiones delante del Señor.