una llama que salía de la presencia del Señor consumió el holocausto y las grasas sobre el altar. Ante esta visión, todo el pueblo lanzó gritos de alegría y cayeron rostro en tierra.
'Ésta será la ofrenda que Aarón y sus hijos harán al Señor el día de su consagración: cuatro kilos y medio de flor de harina como ofrenda perpetua, mitad por la mañana y mitad por la tarde.
la sala cuya fachada da al norte, para los sacerdotes que desempeñan el servicio del altar. Son los hijos de Sadoc, los que, entre los hijos de Leví, se acercan al Señor para servirle'.