Cuando Josué terminó de hablar al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno de carnero delante del Señor se pusieron en marcha y tocaron las trompetas. El arca de la alianza del Señor iba detrás de ellos.
Tomará luego la sangre del novillo, asperjará con el dedo el lado oriental del propiciatorio; hará siete aspersiones de sangre con el dedo delante del propiciatorio.
El aceite que le queda en la palma de la mano lo verterá sobre la cabeza del que se está purificando. De esta manera el sacerdote habrá cumplido sobre él el rito de absolución delante del Señor.
Moisés lo inmoló y, mojando sus dedos en la sangre, untó con ella los cuernos del altar todo alrededor y lo purificó. Luego derramó la sangre al pie del altar y lo consagró haciendo sobre él el rito de absolución.
El sacerdote tomará con el dedo de la sangre del sacrificio por el pecado, untará con ella los cuernos del altar de los holocaustos y derramará toda la sangre restante al pie del altar.
El sacerdote tomará con su dedo de la sangre, untará con ella los cuernos del altar de los holocaustos y derramará toda la sangre restante al pie del altar.
El sacerdote tomará con su dedo de la sangre de la víctima, untará con ella los cuernos del altar de los holocaustos y derramará toda la sangre restante al pie del mismo altar.
Asperjará entonces siete veces al hombre que quiere ser purificado de la lepra y, una vez que lo haya declarado puro, dejará suelta en el campo el ave viva.