'No os hagáis ídolos, no os alcéis estatuas o estelas ni pongáis en vuestra tierra piedras esculpidas para postraros ante ellas, porque yo soy el Señor, vuestro Dios.
¡Maldito el hombre que haga un ídolo tallado o fundido, cosa horrible para el Señor, obra de artífice, y lo ponga en lugar oculto! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!
Cuando hayáis pasado el Jordán hacia la tierra de Canaán, echaréis lejos de vosotros a todos los habitantes de la tierra, destruiréis todas sus estatuas de piedra e imágenes de metal fundido y destruiréis todas sus colinas sagradas.
Pues si nosotros somos linaje de Dios, no debemos pensar que la divinidad es semejante a oro o plata o piedra, escultura hecha por el arte y el ingenio del hombre.
Los de Dan entronizaron el ídolo para adorarlo, y Jonatán, hijo de Guersón, hijo de Moisés, él y sus hijos, fueron los sacerdotes de la tribu de Dan hasta el destierro.
Abandonaron todos los preceptos del Señor, su Dios, se hicieron dos becerros de bronce fundido y un cipo sagrado y adoraron a todos los astros del cielo y a Baal.