Ésta es la ley para el caso de un hombre que muere en una tienda: el que entre en la tienda y los que en ella se encuentren, quedarán impuros durante siete días.
no se contaminará ni con el cadáver de su padre, ni de su madre, ni de su hermano, ni de su hermana, puesto que lleva sobre sí la consagración a su Dios.
El que dijo a su padre y a su madre: / No los he visto. / El que no reconoció a sus hermanos / e ignoró a sus hijos. / Sí, han guardado tu palabra, / han observado tu alianza.