Llevarás la ofrenda preparada de esta manera al Señor: la presentarás al sacerdote, que la acercará al altar.
Si tu ofrenda está frita en la sartén, será de flor de harina preparada con aceite.
El sacerdote separará de la ofrenda una parte como memorial y lo quemará sobre el altar. Es una ofrenda quemada, un perfume agradable al Señor.
Vestíos de luto; lamentaos, sacerdotes; lanzad gritos, ministros del altar; venid, pasad la noche en sacos, ministros de mi Dios, porque la casa de vuestro Dios se ha quedado sin sacrificio y sin ofrenda.