Después vino otro ángel, que se paró de pie junto al altar, con un incensario de oro; le dieron muchos perfumes para que los ofreciese juntamente con las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro colocado delante del trono.
Y traerán de todos los pueblos, como ofrenda al Señor, a todos vuestros hermanos -a caballo, en carros, en literas, a lomos de mulos o de dromedarios- a mi santo monte, Jerusalén -dice el Señor-, de igual modo que los israelitas traen la ofrenda en vasos puros al templo del Señor.
Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda;
Pero vosotros haced que la unción que habéis recibido de él permanezca en vosotros; no tenéis necesidad de que nadie os enseñe, ya que la unción, que dice la verdad y nunca la mentira, os enseña todas las cosas; permaneced unidos a Cristo, según ella os ha enseñado.
Porque desde oriente a occidente mi nombre es grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi nombre un sacrificio de incienso y una ofrenda pura. Porque mi nombre es grande entre las naciones -dice el Señor todopoderoso-,
Su ofrenda era una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblación;
panes sin levadura, tortas sin levadura, amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura, untados en aceite. Todo ello preparado con flor de harina de trigo.
Si sus posibilidades no llegan tampoco al par de tórtolas o de pichones, presentará como ofrenda por su pecado cuatro kilos y medio de flor de harina sin mezclar aceite ni poner incienso, pues es un sacrificio por el pecado.
Esto es lo que te corresponderá de las cosas consagradas, no consumidas por el fuego: todas las ofrendas que me hagan los israelitas, las ofrendas de harina, los sacrificios por el pecado y los sacrificios de reconciliación; estas cosas consagradas son para ti y tus hijos.
No me has ofrecido corderos en holocausto, ni me has honrado con tus sacrificios. Yo no te forcé a hacerme ofrendas, no he insistido en que me ofrecieras incienso.
y un toro y un carnero para el sacrificio de reconciliación, para inmolarlos delante del Señor, y una ofrenda amasada con aceite, porque el Señor se os va a aparecer hoy'.
El día octavo tomará dos corderos sin defecto, una cordera de un año sin defecto, trece kilos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda y medio litro de aceite.
Y me dijo: 'Éste es el lugar donde los sacerdotes cocerán las víctimas del sacrificio por el pecado y las de reparación y donde cocerán las ofrendas, con el fin de que no lo saquen al atrio exterior, santificando así al pueblo'.