Tomará del altar que está delante del Señor un incensario lleno de carbones encendidos y dos puñados de incienso aromático molido para llevarlo todo detrás del velo.
Los hijos de Aarón, Nadab y Abihú, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en él, echaron encima el incienso y ofrecieron ante el Señor un fuego profano que él no les había ordenado.
Cada uno tomó su incensario, puso fuego y colocó encima el incienso, y se presentaron a la entrada de la tienda de la reunión, juntamente con Moisés y Aarón.
¿cuánto más la sangre de Cristo, que por virtud del Espíritu eterno se ofreció a sí mismo a Dios como víctima inmaculada, purificará nuestra conciencia de sus obras muertas, para servir al Dios vivo?
En la segunda, por el contrario, entra solamente el sumo sacerdote una vez al año, y provisto de sangre, que ofrece por sus pecados y por los del pueblo.
Después el ángel tomó el incensario, lo llenó de fuego del altar y lo lanzó sobre la tierra. Entonces se produjeron truenos, relámpagos, voces y terremotos.