No hubo nadie que invocara tu nombre, que despertara para apoyarse en ti, pues tú habías escondido tu rostro de nosotros y nos habías dejado a merced de nuestras iniquidades.
Tan pronto como desapareció la nube de la tienda, María apareció cubierta de lepra, blanca como la nieve. Aarón se volvió a mirarla, y la vio cubierta de lepra.
En caso de lepra, observad con exactitud y poned en práctica todo lo que os han enseñado los sacerdotes levitas. Procurad cumplir todo lo que yo les he ordenado.