pero la madre continuará retirada durante treinta y tres días más purificando su sangre; no tocará nada consagrado, ni irá al santuario hasta que se haya cumplido el tiempo de su purificación.
Si da a luz una hembra, será impura durante dos semanas, como en su menstruación, y permanecerá retirada sesenta y seis días más purificando la sangre.