Los madianitas, los amalecitas y la gente de oriente estaban desplegados en el valle, tan numerosos como langostas; sus camellos eran innumerables, como la arena que hay a orillas del mar.
su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas asnas, además de una servidumbre numerosa. Era, pues, el más grande de todos los orientales.
Zébaj y Salmuná estaban en Carcor con sus ejércitos, alrededor de quince mil hombres, todos los que habían quedado del ejército del oriente. Habían caído ciento veinte mil guerreros.
Comerán las crías de tus ganados y los frutos de tu tierra hasta arruinarte; no te dejarán nada, ni trigo, ni mosto, ni aceite, ni las crías de tus vacas, ni los corderos de tus ovejas, hasta exterminarte.
yo me portaré con vosotros de la misma manera; haré venir sobre vosotros el espanto, epidemia y fiebre, enfermedades de los ojos y agotamiento de la vida. Sembraréis en vano, pues los enemigos comerán el fruto de vuestras semillas.
acampaban en su tierra, devastaban las mieses de la región hasta cerca de Gaza, y no dejaban a Israel medio alguno de subsistencia, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos.
También los israelitas fueron revistados, y salieron a su encuentro. Los israelitas acamparon frente a ellos como dos hatillos de cabras, mientras los sirios llenaban el país.
El Señor lo ha jurado por su diestra, por su potente brazo: No daré más tu grano como alimento a tus enemigos, ni extranjeros beberán más tu vino por el que te afanaste,
por eso yo te entrego en manos de los hijos de oriente. Levantarán en ti sus campamentos, emplazarán en ti sus tiendas, comerán tus frutos y beberán tu leche.
sino que caerán, a occidente, sobre las costas de los filisteos, y juntos saquearán a los hijos de oriente; se apoderarán de Edón y de Moab, y los hijos de Amón serán sus súbditos.
Sobre Quedar y los reinos de Jasor, derrotados por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Esto dice el Señor: '¡En pie, subid contra Quedar, destruid a los hijos de oriente!
Les dirás: Escuchad la palabra del Señor Dios. Esto dice el Señor Dios: Porque os reíais cuando mi santuario era profanado, cuando la tierra de Israel era devastada, cuando la casa de Judá marchaba al destierro,