Los israelitas clamaron al Señor, y el Señor hizo surgir un libertador: Ehud, hijo de Guerá, benjaminita, que era zurdo. Los israelitas le encargaron que llevase el tributo a Eglón, rey de Moab.
Los hijos de José replicaron: 'La montaña no nos basta; pero los cananeos que viven en la llanura tienen carros de hierro, lo mismo que los de Betsán y sus aldeas y los de la llanura de Yezrael'.
de suerte que en pleno día andarás a tientas, como anda el ciego en las tinieblas, y no tendrás éxito en ninguna de tus empresas, sino que te verás siempre oprimido y despojado, sin que nadie te socorra.
Entretanto, y después de mucho tiempo, murió el rey de Egipto. Los israelitas, que seguían gimiendo bajo la dura esclavitud, clamaron, y su clamor, provocado por la esclavitud, subió hasta Dios.