Por mi vida -dice el rey-, cuyo nombre es el Señor todopoderoso, que como el Tabor entre los montes, como el Carmelo que domina el mar, alguien ha de venir.
Ella mandó llamar a Barac, hijo de Abinoán, de Cades, en Neftalí, y le dijo: 'El Señor, Dios de Israel, ha ordenado esto: Vete al monte Tabor y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y Zabulón.
Jéber, el quenita, se había separado de la tribu de Caín, de los hijos de Jobab, suegro de Moisés, y había plantado sus tiendas alrededor de la encina de Saananín, cerca de Cades.
Después preguntó a Zébaj y Salmuná: '¿Cómo eran los hombres que matasteis en el Tabor?'. Ellos respondieron: 'Eran como tú; cada uno de ellos parecía un príncipe'.
Escuchad esto, sacerdotes; atiende, casa de Israel; casa real, prestad oído, porque se hace justicia contra vosotros. Vosotros os habéis hecho un lazo en Mispá y una red tendida en el monte Tabor,