¡Oh Señor!, ¿no buscan tus ojos la verdad? Tú les has herido, y no han acusado el golpe; los has aplastado, y no han querido aprender la lección. Han endurecido su frente como la roca, han rehusado convertirse.
Los israelitas volvieron a hacer lo que desagrada al Señor; dieron culto a los Baales y Astartés y a los dioses de Arán y de Sidón, a los dioses de Moab, a los de los amonitas y filisteos. Abandonaron al Señor y dejaron de darle culto.
Muerto Otoniel, hijo de Quenaz, los israelitas volvieron a hacer lo que desagrada al Señor, y el Señor dio poder a Eglón, rey de Moab, sobre Israel, porque habían hecho lo que desagradaba al Señor.