Acuérdate del camino que el Señor te ha hecho andar durante cuarenta años a través del desierto con el fin de humillarte, probarte y conocer los sentimientos de tu corazón y ver si guardabas o no sus mandamientos.
Moisés clamó al Señor. Él le señaló un madero; Moisés lo echó en las aguas, y las aguas se volvieron dulces. Allí el Señor dio al pueblo leyes y estatutos y lo sometió a prueba.