el suegro, al verlo, lo recibió con alegría y lo hizo quedarse con ellos. El levita y su criado estuvieron allí tres días, comiendo, bebiendo y durmiendo.
Pero el hermano y la madre de Rebeca le dijeron: 'Que se quede la joven todavía algunos días con nosotros, y después irá'.
Su marido fue a buscarla para convencerla de que volviera con él. Llevaba consigo un criado y dos asnos. Ella lo hizo entrar en casa;
Al cuarto día se levantó de madrugada para irse; pero el padre de la joven le dijo: 'Come algo antes de irte, aunque sea un pedazo de pan'.
A los hijos de sus concubinas les hizo donaciones y, antes de morir, los envió lejos de Isaac, su hijo, hacia levante.