Dios escuchó la súplica de Manóaj, y el ángel del Señor se apareció otra vez a la mujer cuando estaba en el campo; no estaba con ella su marido.
Oh Dios, que habitas en Sión, a ti debemos alabarte, por ti hay que cumplir lo prometido;
Entonces Manóaj oró así al Señor: 'Te suplico, Señor mío, que el hombre de Dios que enviaste vuelva otra vez y nos diga lo que debemos hacer con el niño que va a nacer'.
La mujer fue corriendo a avisar a su marido y le dijo: 'El hombre que vi el otro día se me ha vuelto a aparecer'.