Yaír murió y fue sepultado en Camón.
Tuvo treinta hijos, que montaban treinta asnos y tenían treinta ciudades llamadas Javot Yaír hasta el día de hoy, en Galaad.
Los israelitas volvieron a hacer lo que desagrada al Señor; dieron culto a los Baales y Astartés y a los dioses de Arán y de Sidón, a los dioses de Moab, a los de los amonitas y filisteos. Abandonaron al Señor y dejaron de darle culto.
Los amonitas y los filisteos oprimieron cruelmente durante dieciocho años a los israelitas de Transjordania, en el país amorreo, en Galaad.