Entonces los vecinos y los que solían verlo pidiendo limosna decían: '¿No es éste el que se sentaba a pedir?'. Unos decían: 'Es éste'.
Él levanta del polvo al miserable, él saca al mendigo del estiércol para hacer que se siente con los nobles y asignarle un trono glorioso; porque suyos son los pilares de la tierra, y sobre ellos ha puesto él el orbe.
Cuando se acercaba a Jericó, había un ciego sentado al lado del camino pidiendo limosna.
Fueron a Jericó. Y al salir de Jericó con sus discípulos y mucha gente, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino.
David se levantó y huyó aquel día lejos de Saúl, llegando a Aquís, rey de Gat.
Partieron juntas y llegaron a Belén. A su llegada se impresionó toda la ciudad. Las mujeres comentaban: '¿Pero es ésta Noemí?
Los vecinos y parientes, al enterarse del gran favor que el Señor le había hecho, fueron a felicitarla.
Y otros: 'No, es uno que se le parece'. Pero él decía: 'Soy yo'.