Respondió: 'Creo, Señor'. Y se puso de rodillas ante él.
De pronto Jesús salió a su encuentro y les dijo: 'Dios os guarde'. Ellas se acercaron, se agarraron a sus pies y lo adoraron.
Y los que estaban en ella se postraron ante él, diciendo: 'Verdaderamente tú eres el hijo de Dios'.
Tomás contestó: '¡Señor mío y Dios mío!'.
Ellos lo adoraron y se volvieron a Jerusalén llenos de alegría.
y, al verlo, lo adoraron. Algunos habían dudado hasta entonces.
Escucha, hija mía, atiende, mira, olvida tu pueblo y tu familia:
para que no se irrite y os veáis perdidos, pues su cólera se inflama en un instante. ¡Dichosos los que en él buscan refugio!
En esto se le acercó un leproso, se puso de rodillas ante él y le dijo: 'Señor, si quieres puedes limpiarme'.
Jesús dijo: 'Yo he venido a este mundo para que los que no ven vean, y los que ven se queden ciegos'.