Después de haber dirigido el Señor estas palabras a Job, dijo a Elifaz de Temán: 'Mi ira se ha encendido contra ti y contra tus dos amigos, porque no habéis hablado de mí como mi siervo Job.
Pero ellos los despidieron amenazándoles de nuevo, sin encontrar modo de castigarlos por causa del pueblo, porque todos alababan a Dios por lo sucedido,
Cuando los indígenas vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: 'Este hombre es ciertamente un asesino; se ha librado del mar, pero la justicia divina no le permite vivir'.