De camino, vio a un hombre ciego de nacimiento.
Entonces agarraron piedras para tirárselas. Pero Jesús se escondió y salió del templo.
Sus discípulos le preguntaron: 'Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?'.
Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se abrirán.
Cuando salió de allí, le siguieron dos ciegos, gritando: '¡Ten compasión de nosotros, hijo de David!'.
Dos ciegos, sentados junto al camino, oyeron que pasaba Jesús, y gritaron: '¡Señor, hijo de David, ten compasión de nosotros!'.
Jesús preguntó al padre: '¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?'. Él respondió: 'Desde la infancia;
Una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años y que había gastado en médicos toda su fortuna sin que ninguno pudiera curarla,
Había allí un hombre, enfermo hacía treinta y ocho años.
pues el hombre milagrosamente curado era de más de cuarenta años.
Allí encontró a un tal Eneas, paralítico, postrado en una camilla desde hacía ocho años.
En Listra había un hombre imposibilitado de los pies, sentado; cojo de nacimiento, jamás había andado.
Cuando los indígenas vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: 'Este hombre es ciertamente un asesino; se ha librado del mar, pero la justicia divina no le permite vivir'.