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Referencias Cruzadas

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Juan 8:29

Biblia Martin Nieto

El que me ha enviado está conmigo y no me deja solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él'.

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25 Referencias Cruzadas  

pues he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.

Pues se acerca la hora, es decir, ya ha llegado, en que os dispersaréis cada uno por su lado y me dejaréis solo; pero yo no estoy solo, pues el Padre está conmigo.

Jesús les dijo: 'Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y completar su obra.

Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Yo no puedo hacer nada por mí mismo. Yo juzgo como me ordena el Padre, y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Aquí está mi siervo a quien protejo; mi elegido, en quien mi alma se complace. He puesto en él mi espíritu, para que traiga la justicia a las naciones.

Y si juzgo, mi juicio es válido, porque no estoy solo, pues el Padre que me envió está conmigo.

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos junto al Padre un defensor, Jesucristo, el justo.

Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas, de tal modo que la palabra ha sido anunciada cumplidamente por mí y oída por los paganos. Y yo he sido librado de la boca del león.

pero debe ser así para que el mundo conozca que yo amo al Padre y que hago lo que el Padre me ha ordenado. Levantaos, vámonos de aquí'.

Yo te he glorificado en la tierra, llevando a término la obra que me encomendaste.

Aún estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió, y una voz desde la nube dijo: 'Éste es mi hijo amado, mi predilecto, escuchadlo'.

Y se oyó una voz del cielo: 'Éste es mi hijo amado, mi predilecto'.

Yo, el Señor, te he llamado para la justicia, te he tomado de la mano y te he formado, te he puesto como alianza del pueblo y luz de las naciones,

Pues no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, ya que fue probado en todo a semejanza nuestra, a excepción del pecado.

El Señor quiere, por amor a su justicia, engrandecer y magnificar la ley.

Tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y elevado más alto que los cielos;

Que Jesús, el Señor, esté contigo. Que la gracia esté con vosotros.

Jesús le respondió: '¡Déjame ahora, pues conviene que se cumpla así toda justicia!'.

Todo lo que pidamos, él nos lo concederá porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.




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