El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día.
y ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mí. Mi vida presente la vivo en la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Os aseguro que el que cree tiene vida eterna.
Yo alabaré su lealtad en la asamblea, cumpliré mis promesas delante de sus fieles.
El espíritu es el que da vida. La carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida.
Procuraos no el alimento que pasa, sino el que dura para la vida eterna; el que os da el hijo del hombre, a quien Dios Padre acreditó con su sello'.
pero el que beba del agua que yo le dé no tendrá sed jamás; más aún, el agua que yo le daré será en él manantial que salta hasta la vida eterna'.
Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.