Los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: 'Yo soy el pan que ha bajado del cielo',
Yo soy el pan de la vida.
Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo'.
Acerca de él había muchas habladurías entre la gente. Unos decían: 'Es bueno'. Otros, por el contrario, decían: 'Nada de bueno: engaña a la gente'.
Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y no andaban con él.
Muchos de sus discípulos, al oírlo, dijeron: 'Esto que dice es inadmisible. ¿Quién puede admitirlo?'.
Son murmuradores, descontentos, que viven conforme a sus pasiones; su boca profiere fanfarronadas, adulando a las personas con vistas a su propio interés.
Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el que comieron los padres, y murieron. El que come este pan vivirá eternamente'.
Jesús les dijo: 'Dejad de criticar.
Al ver esto, todos murmuraban y decían: 'Se ha hospedado en casa de un pecador'.
Y los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban: 'Éste acoge a los pecadores y come con ellos'.
Los fariseos y los maestros de la ley murmuraban diciendo a sus discípulos: '¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?'.
No protestéis contra Dios como algunos de ellos lo hicieron, y acabaron en manos del exterminador.
Los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntar a Juan: