Cuando yo estaba con ellos, yo los guardaba y los protegía con tu poder; tú me los confiaste, y ninguno se perdió, a no ser el que tenía que perderse para que se cumpliera la Escritura.
Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu, que habita en vosotros.
Sin embargo, el sólido fundamento de Dios se mantiene firme bajo este lema: El Señor conoce a los suyos y que se aparte de la injusticia el que pronuncia el nombre del Señor.
Aunque alguno se levante para perseguirte y buscar tu vida, la vida de mi señor está guardada en la bolsa de la vida, junto al Señor, tu Dios; pero la vida de tus enemigos la lanzará lejos, como se lanzan las piedras con la honda.
'He manifestado tu nombre a los hombres que escogiste del mundo y me los confiaste; tuyos eran, y tú me los confiaste; y ellos han guardado tu doctrina.
Padre, yo quiero que también los que me has confiado estén conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, que me has dado, porque antes de la creación del mundo ya me amabas.