subieron a una barca y se dirigieron a la otra orilla rumbo a Cafarnaún. Había ya oscurecido, y Jesús no se había aún juntado con ellos.
Después obligó a sus discípulos a que se embarcaran y se le adelantaran rumbo a Betsaida, mientras él despedía a la gente.
Jesús regresó a Caná de Galilea, donde él había convertido el agua en vino.
Después fue a Cafarnaún con su madre, sus hermanos y sus discípulos; pero estuvieron allí sólo unos días.
Un fuerte viento agitaba el lago.
Dijo todo esto enseñando en la sinagoga de Cafarnaún.