Jesús respondió: 'Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis súbditos lucharían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí'.
Al día siguiente la gente, que se había quedado a la otra parte del lago, notó que allí había sólo una barca y que Jesús no había subido a ella con sus discípulos, pues éstos se habían ido solos.