El Señor saldrá en defensa de su pueblo, / tendrá misericordia de sus siervos, / cuando vea que se agotan sus fuerzas / y que no queda entre ellos ni esclavo ni libre.
En estos soportales había muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Periódicamente bajaba un ángel a la piscina y agitaba el agua y el primero que se mentía, apenas agitada el agua, quedaba curado.