No creáis que yo os acuso ante el Padre; os acusa Moisés, en quien vosotros esperáis.
Pero los que se atienen al cumplimiento de la ley están bajo maldición, como dice la Escritura: Maldito sea el que no cumple todo lo que está escrito en la ley.
Todos los que pecaron sin estar bajo la ley, sin la ley también perecerán; y cuantos pecaron bajo la ley, según la ley serán juzgados.
¿No os ha dado Moisés la ley? Y ninguno de vosotros la cumple. ¿Por qué intentáis matarme?'.
Al oír estas palabras, se fueron uno tras otro, comenzando por los más ancianos, y se quedó Jesús solo, con la mujer allí en medio.
Abrahán respondió: Ya tienen a Moisés y a los profetas; ¡que los escuchen!
El que me rechaza y no acepta mi doctrina ya tiene quien lo juzgue; la doctrina que yo he enseñado lo condenará en el último día,